Rumeysa Gelgi, la mujer más alta del mundo, nunca antes había viajado en avión, ya que al ser demasiado alta, no cabía en los asientos regulares de las aerolíneas, incluso de niña.
Para que pudiera viajar al extranjero, Turkish Airlines modificó uno de sus aviones específicamente para ella, eliminando seis asientos de la aeronave y sustituyéndolos por su propia cama.